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Productor pobre, productor rico: una perspectiva acerca de la rentabilidad en la producción de café

Por: Alejandro Cadena, cofundador y director ejecutivo de Caravela Coffee

viernes 04 de enero | Columnas

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Por: Alejandro Cadena

 

Los precios del café se han estado comercializado por encima del 1 USD por libra durante la mayor parte de los últimos 15 años. Al compararlos con los precios observados durante la última década, los productores de café han tenido mucho mejores tarifas en los últimos años que a inicios de los años 2000: entre 2002 y 2003, los precios no lograban superar los .60 USD por libra; desde el 2005, los precios han permanecido por encima de 1 USD por libra; y en mayo del 2011, alcanzaron su punto máximo en los últimos 18 años con 3 USD por libra.

El precio C promedio entre 2002 y 2009 fue de 0.977 USD por libra, mientras que el precio promedio entre 2010 y septiembre 30 del 2018 fue de 1.59 USD por libra.

Asimismo, entre 2009 y 2015, la crisis de la roya impulsó diferenciales físicos por encima de los .30 USD por libra para la mayoría de los orígenes latinoamericanos, lo que significó que el precio promedio que recibían los productores de café durante gran parte de este periodo fuera aún mayor que el precio C.

 

Mercado C 2002-2009

Mercado C 2010-2018

 

Para examinar la rentabilidad de la producción de café en Latinoamérica con mayor detalle, decidí hacer una simulación del ingreso recibido por los productores durante los últimos 8 años con ayuda del precio C anual promedio y su comparación con el costo de producción promedio de 1.20 USD por libra FOB. Puesto que no existen datos confiables acerca de los costos de producción, utilicé las cifras que Caravela calculó en 2017 al utilizar nuestro modelo interno de simulación de costos de producción. Este modelo estima costos de producción a través de los precios de mercado de los suministros necesarios (mano de obra, fertilizantes, etcétera), más supuestos acerca del rendimiento y la productividad laboral llevados a cabo específicamente para cada país.

Los resultados de ese modelo nos muestran que en 2017 los costos de producción en los siete países latinoamericanos donde operamos estuvieron entre los 1.20 USD por libra en Nicaragua y 1.80 por libra en Ecuador (ver gráfica). En 2015, algunas entidades del café calcularon que el costo de producción para los pequeños productores era de más o menos 1.10 USD por libra.

A partir de estos números y tomando en cuenta la inflación durante este periodo de 8 años, para fines de simplicidad, decidí utilizar un costo de producción promedio de 1.20 USD por libra FOB en este periodo de 8 años. Al utilizar estos supuestos básicos, la gráfica muestra la rentabilidad que un productor hubiera logrado cada año desde 2010.

 

Barras azules: Margen de utilidad. Línea Roja: Promedio.

 

La rentabilidad osciló entre 53 por ciento en 2011 y 2 por ciento en 2018, mientras que la ganancia promedio para el periodo de 8 años fue de un muy saludable 24 por ciento. Cualquier empresario o accionista que reciba 24 por ciento de margen de utilidad neto promedio durante 8 años sería muy feliz. Entonces, ¿por qué este margen de utilidad es insuficiente para la gran mayoría de los productores de café en Latinoamérica?

Sucede que la mayoría de los productores de café del mundo son pequeños propietarios con menos de una hectárea de tierra que producen únicamente 5 sacos (60 kg) por hectárea al año, o menos. Desafortunadamente, el rendimiento del café ha permanecido estable o incluso se ha reducido en las últimas dos décadas en la mayoría de los países productores de café, excepto en Brasil y Vietnam (ver gráfica)

 

Rendimiento anual de la producción de café (en toneladas de café verde).

 

En lugar de poner atención en el margen de utilidad, examinemos la utilidad absoluta de tres tipos distintos de pequeños productores de café con fincas de diferentes dimensiones y rendimiento:

 

Tamaño (hectáreas). Rendimiento (saco de 60kg/verde).

 

Tal como se muestra en la gráfica, un pequeño productor con productividad muy baja (Productor A), hubiera tenido una utilidad de solamente 21 USD por mes o de 247 USD al año, incluso con un 24 por ciento de utilidad neta. Como podrá imaginarse, con tan poco dinero en los bolsillos al final del año, a ese productor no le queda casi nada para invertir en su finca o mejorar la calidad de vida de su familia. Los pequeños productores están subsistiendo apenas, por lo tanto, no debe extrañar que sus hijos opten por buscar alternativas más viables en las áreas urbanas. La situación mejora cuando el productor es capaz de producir por lo menos 15 sacos por hectárea (Productor B), pero aún no es suficiente.

 

Ganancia anual al vender a precio de mercado promedio.

 

No obstante, un productor de café con tres hectáreas y una productividad decente (productor C) hubiera obtenido 2,227 USD de ganancia al final del año. Aunque esta no sea aún una gran ganancia, con esta suma de dinero sustancialmente mayor, un productor sería capaz de invertir en su finca y/o en su familia.

Ahora, calculemos el precio que tendríamos que pagar a un productor si queremos que alcance una ganancia anual de, digamos, 5,000 USD. Como puede observarse en la tabla, el precio que necesitaría un pequeño productor con baja productividad tendría que ser extremadamente alto; de igual forma, los precios que requerirían los productores B también son bastante elevados, la gran mayoría de los tostadores de café no estarían dispuestos a pagar estos precios por cafés con un puntaje menor a 86. Mientras tanto, el precio pagado al productor mediano con alta productividad (productor C) estaría en un rango mucho más razonable.

 

Precio necesario para generar una ganancia de 5,000 USD al año (dólares/libra).

 

Evidentemente, el asunto principal al que se enfrentan los productores alrededor del mundo no tiene que ver exclusivamente con los precios o la rentabilidad. Hay un problema relacionado con la escala de la mayoría de las fincas de café en el mundo y con la falta de capital y/o financiamiento para la compra de insumos, agravado por la falta de conocimientos sobre la óptima administración de una finca.

Desde hace mucho, Caravela ha reconocido que pagar a los productores precios altos, especialmente por sólo una fracción de lo que producen, no es precisamente lo que se requiere para brindar sustentabilidad económica a los productores café. Es por eso que nuestro modelo se construye con base en tres pilares básicos que creemos son clave para crear una industria de café sustentable:

 • Comprar todo su café de calidad a partir de los 83 puntos, y no sólo los microlotes con altos puntajes, a precios más altos diferenciados de acuerdo a la calidad, ya que esto permitirá a los productores maximizar su ingreso y los incentivará a continuar mejoras en la calidad.

 • Desarrollar relaciones a largo plazo con tostadores de café para reducir el riesgo. Los árboles de café tardan por lo menos tres años en empezar a producir y la inversión no se recupera hasta 5 o 6 años después de haberlos plantado. Tener buenos precios durante un año no es suficiente. 

 • Brindar retroalimentación acerca de la taza, educación y asistencia técnica a través de nuestro programa PECA para ayudar a los productores de café a mejorar la calidad y cantidad de sus cosechas, reducir riesgos fitosanitarios y administrar mejor sus fincas, para así reducir los costos de producción.

Un tostador que quiere ayudar a salvaguardar el futuro del café debe empezar a respaldar sus palabras con dinero: incentivar a los productores con buenos precios por sus cafés de calidad y comprometerse a relaciones a largo plazo con aquellos productores enfocados en la calidad para asegurar que su ingreso sea estable.

Así entonces, los productores sabrán que los tostadores pueden ser más que sólo clientes, pueden ser verdaderos socios de negocios. Hemos sido testigos de la forma en la que los productores de café con relaciones a largo plazo y contratos a precio fijo con tostadores han sido capaces de enfocarse en producir café de calidad consistentemente, de mejorar su calidad de vida y de invertir sus ganancias para comprar más tierras, lo que, por tanto, aumenta el tamaño de su finca y su ingreso hasta niveles sustentables.

 

[Nota del editor: este artículo apareció originalmente en el sitio de internet de Caravela y se publica nuevamente aquí con su permiso. Revista Roast no publica “contenido pagado” o “patrocinado” de ningún tipo. Las opiniones expresadas en este texto son  propias del autor y no representan necesariamente las de Revista Roast.]

 

colaborador
Alejandro Cadena
Alejandro es cofundador y director ejecutivo de Caravela Coffee, un exportador de café verde enfocado en la calidad con operaciones en siete países en Latinoamérica y con compañías importadoras en Australia, Europa y Norteamérica. Después de graduarse como economista en la Universidad de los Andes en Bogotá, Colombia, trabajó como agente financiero en Nueva York y Londres antes de encontrar su verdadera pasión: lograr un impacto en las comunidades cafeteras en Latinoamérica al ayudar a construir

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