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La necesidad de una nueva visión para el café en México

Por: Pablo Contreras Rodríguez

sábado 20 de enero | Artículos

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Por: Pablo Contreras Rodríguez

 

Estamos por cerrar un año más para la cafeticultura nacional, creo que en general se tiene una situación bastante compleja y especial. Según los reportes de Euromonitor se espera un crecimiento de la demanda de café en México cercana al 15% antes de terminar con la década actual, entre los segmentos de mayor crecimiento se encuentra el mercado de los cafés especiales; sin embargo, nuestro país presenta condiciones bastante especiales para el desarrollo de la cafeticultura nacional entre otras cosas por lo siguiente:

 

El mercado de cafés especiales ofrece estos a precios que pueden rondar los setenta u ochenta pesos por bebida, entonces un bebedor de café de este segmento estaría invirtiendo en dos cafés diarios 160 pesos alrededor de $4,800.00 pesos al mes solo en café, lo cual resulta no accesible para la mayoría de los jóvenes mexicanos de este segmento dado el nivel de ingreso de gran parte de la población.

 

Por otra parte, se tiene una cafeticultura enferma, poco tecnificada y sin liquidez; Incapaz de competir con eficiencia en términos generales en mercados internacionales por lo que no podemos pagar al productor lo suficiente para estimular el procesamiento de los cafés especiales, ya que produce poco de manera ineficiente y casi fortuita en muchos de los casos, entonces como cubrir esta demanda prevista. En realidad, Los mercados de especialidad en sentido estricto, tienen poco que ver con las calificaciones que tienen los cafés especiales según la SCA porque, los mercados especiales se distinguen por ser diferentes y exclusivos y no por un puntaje mínimo para ser considerado de calidad.

 

El mercado especial busca cafés exóticos, comercializados de manera limitada y dado lo escaso de su producción y la alta demanda se tornan en algo exclusivo, diferente que lo aleja de las manos de la mayoría y por consiguiente su precio aumenta.

 

El puntaje de calidad de la SCA mide el grado de excelencia en atributos sensoriales, pero suponiendo que todo el café nacional superara los 90 puntos, no lo haría caro en el país porque sería un producto relativamente fácil de conseguir, su interés y demanda no se mantendría alto por consiguiente el precio a pagar tampoco.

 

Lo que requerimos como país es un café limpio que pueda ser consumido diariamente a precios razonables para el productor y para el consumidor, generando un volumen de demanda que compense los precios bajos de los cafés inferiores y los precios elevados con cantidades muy limitadas de los cafés especiales, en ese sentido tenemos poco enfoque. Muchos de los cafés en oro pretenden ser comercializados como cafés de especialidad; el resultado es que el nombre se desprestigia tan rápidamente como en su momento ocurrió con el café Gourmet, donde todos lo presentan en su etiqueta, pero pocos podemos entender con claridad a que se refiere el término o que pretenden vendernos con la palabra.

 

Después de mi reciente viaje a Centroamérica con algunos prestigiados colegas mexicanos, percibí que nuestro país no se encuentra en una desventaja insalvable con respecto a otros países y empresarios exitosos; inclusive en muchos casos poseemos ventajas competitivas claras sobre ellos, pero no se entiende el camino y a donde se quiere llevar la cafeticultura nacional y creo es tiempo de cuestionarnos desde lo básico. Para comenzar, pienso que debe verse a cafeticultura desde un modo de empresa rentable, competitiva y orientada a la satisfacción de los diversos segmentos del mercado.

 

En segundo lugar revisar e identificar que buscan estos segmentos de mercado; Con frecuencia se escucha hablar de ciertos atributos de calidad para un segmento, se generalizan y utilizan indistintamente en todos los demás dando por hecho que tienen la misma importancia, Por ejemplo las necesidades sensoriales de la industria son completamente distintas a los mercados exóticos de especialidad, no tiene la misma importancia en ambos segmentos el rendimiento y los matices florales solo por poner algún ejemplo.

 

Una vez definidos los puntos anteriores, se debería evaluar cual es la mejor estrategia competitiva de las distintas zonas cafetaleras y enfocarse a su ejecución de manera eficiente y rentable; Aquí veo el gran trabajo de muchos productores centro y sudamericanos para maximizar sus oportunidades y minimizar amenazas lo que les permite continuar en el juego de la producción a pesar de los riesgos.

 

Por último, se necesita de empresarios del café; personas que conocen la tecnificación, los sistemas modernos de producción con apoyos y herramientas tecnológicas que los tornen competitivos y rentables en su estrategia comercial con visión a largo plazo y que sea complementada por otras industrias como la de la fabricación de maquinaria, tecnología, la de distribución y comercialización solo por mencionar algunas.

 

colaborador
Revista Roast
Revista técnica bimestral dedicada al éxito y crecimiento de la industria de cafés especiales.

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Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente las opiniones ni las políticas de Revista Roast.